Yéndose a chimur se pasa por la quebrada del pescao, pues dicen que antes de la llegada de los Españoles, en todos los pachacas existían abundantes cosechas, mucho que comer, además de trabajo comunal, tenían reservas para los tiempos de sequías, pero con la llegada de los españoles esto cambio, existía miseria entre los campesinos Otuzcanos.
En Chimur vivió un Otuzcano que fue un gran agricultor que siempre ayudaba a pasar el río cuando este crecía. Era gran chimbador, esto era porque el podía ver bajo el agua y así hallaba los mejores vados, le gustaba conversar con el río y fue un gran nadador. La gente lo llamaba Bonifacio, nunca negó su ayuda a quien lo necesitaba. Practicaba el trabajo comunal en las mingas comuneras para hacer casas, para cosechar o para rendir culto a la mama pacha. Tocaba flauta y era un gran cajero; pero cuando los españoles le quitaron su chacra, este se puso muy triste y desolado. Se sentó a tocar su flauta y a llorar sobre las rocas de la quebrada del buen pescao. Dicen que el antiguo nombre se ha perdido; pero que en las noches de luna del mes de mayo, un pez luminoso baja desde la quebrada del pescao hasta el mar (poza antigua abajo del río Huangamarca)
Fuente: Silma Bocanegra Castillo (Estudiante de la Universidad Nacional de Trujillo)
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